La marcha de jubilados terminó con heridos y detenidos. Hay “sectores que buscan la desestabilización total”, dice el Gobierno. “La represión fue una decisión planificada”, sostienen organismos de derechos humanos.
Por Deutsche Welle.
Luego de las protestas de los jubilados, el pasado miércoles 12 de marzo, el gobierno del presidente Milei, a través de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, señaló que “Fue una marcha organizada por patotas, por barrabravas, agrupaciones de izquierda violentas, distintos sectores que buscan la desestabilización total y absoluta de nuestro Gobierno”,
La marcha dejó cerca de 50 personas heridas y más de un centenar de detenidos, siendo el reportero gráfico Pablo Grillo, uno de los casos más complejos ya que fue herido de gravedad por un proyectil de gas lacrimógeno disparado por las fuerzas de seguridad, encontrándose en estado grave.
¿Un “accidente”?
“Las mal llamadas armas menos letales, como las utilizadas en la protesta, matan”, aseguran desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
“El impacto del cartucho de gas en la cabeza de Pablo Grillo es consecuencia directa del Protocolo antipiquetes 943, que reintrodujo el uso de armas peligrosas en operativos en manifestaciones públicas, que estaban antes prohibidas”, puntualizan desde el organismo de derechos humanos.
Criminalización de la protesta
Las causas de los desmanes no tienen que ver “con la participación de los barrabravas”, asegura el reconocido periodista Jorge Fontevecchia en diálogo con DW, “sino con las condiciones de posibilidad que permiten que se genere su participación”, contrapone.
“Siempre habrá violentos a quienes reprobar, pero los Gobiernos son los encargados de desagotar la violencia social”, apunta el analista desde la capital argentina.
“Si la ministra Bullrich siembra represión, cosechará sus muertos”, asegura sin matices. “La violencia desatada por el operativo policial, casi militar, que ella conduce es un capítulo más en su agenda de criminalización de la protesta y disciplinamiento social”, critica.
Los jubilados, las víctimas
“Los jubilados están entre quienes más han sufrido las consecuencias del ajuste llevado adelante por el Gobierno”, contextualiza, en tanto, el politólogo y doctor en Ciencias Sociales Hernán Toppi.
“A sus tradicionales protestas se les sumaron otros sectores usualmente violentos: los barrabravas y sectores de la izquierda combativa”, sostiene, consultado por este medio.
“El choque entre estos sectores y la policía terminó desvirtuando el problema salarial de los jubilados”, analiza el también profesor de la Universidad del Salvador, adjudicando responsabilidades más a tono con la interpretación del Gobierno.
Sin embargo, “hubo un enfrentamiento entre sectores violentos con un aparato estatal con monopolio de la fuerza física dispuesta a la represión”, apunta también. “Y hubo excesos por parte de las fuerzas policiales”, indicó.