El sector energético está en camino de transformarse en un pilar importante de la balanza comercial de Argentina. Este podría ser un paso urgentemente necesario para lograr fortaleza económica.
Un vistazo a las cifras del Banco Central de la República Argentina deja en claro el potencial que alberga el sector energético del país. Mientras la balanza comercial energética registraba en 2022 un déficit de 5 mil millones de dólares estadounidenses, en 2024 se espera que genere, por primera vez en muchos años, un superávit de 5 mil millones de USD. Para 2030, el superávit podría incluso ascender a 25 mil millones, lo cual representaría un enorme alivio para la economía fuertemente endeudada del país.
Superávit por primera vez en cinco años
Este cambio en el comercio exterior de energía en Argentina “se debe a que el sector privado está apreciando la actual política económica. Esta apunta a terminar con veinte años de intervencionismo en los precios del crudo y sus derivados”, dice Emilio Apud, del centro de análisis Libertad y Progreso, en entrevista con DW.
El Congreso respaldó recientemente la base jurídica de las medidas en curso. El yacimiento de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, tiene un gran potencial de petróleo de esquisto y gas de lutita. “El superávit comercial de este año obedeció a un gran incremento de las exportaciones de crudo y a una reducción de las importaciones de GNL (gas natural licuado), por una mayor cobertura del mercado local con el gas de Vaca Muerta”, explica Apud. Vaca Muerta es un yacimiento de esquisto bituminoso en la Cuenca Neuquina, que se extiende por las provincias de Neuquén, Mendoza, La Pampa y Río Negro.
El sector energético se convierte en un pilar económico
“Después de pronósticos del Gobierno bastante creíbles, el sector energético y la minería se convertirán, en los próximos seis o siete años, en el segundo y tercer pilar de la balanza comercial, además del sector agrícola, que hasta ahora prácticamente ha cubierto por sí solo el déficit comercial de todos los demás sectores de la economía”, afirma a DW Carl Moses, analista y consultor económico radicado en Buenos Aires.
Esperanza de inversiones por miles de millones
El Gobierno de Milei espera atraer 54.300 millones de dólares en inversiones en el sector energético, tras la desregulación del sector y la introducción del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), según un informe del diario online argentino Infobae. Esta previsión surge de una presentación que el vicepresidente del Banco Central de la República Argentina, Vladimir Werning, hizo recientemente en Nueva York, en varias reuniones con inversores.
La construcción del oleoducto es crucial
Tanto el Ejecutivo de su predecesor, Alberto Fernández, como el actual de Javier Milei han contribuido a mejorar la situación: “El primer paso hacia el drástico giro de la balanza comercial ya lo dio el año pasado el Gobierno anterior, cuando puso todo en marcha para completar, al menos parcialmente, el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner desde Vaca Muerta a Buenos Aires, que había estado retrasado durante años. Eso permitió grandes ahorros en las importaciones de gas”, recuerda Moses. Ahora, el gas proviene del propio país.
Se están abordando grandes proyectos
El Gobierno actual está acelerando el ritmo: “En el marco del programa de financiación RIGI para grandes inversiones, ahora se están abordando en el menor tiempo posible varios proyectos importantes para ampliar la infraestructura de exportación de petróleo y gas de Vaca Muerta. El mayor proyecto es el plan de la petrolera estatal argentina YPF y el grupo petrolero malasio Petronas, que quieren construir una terminal de GNL y la correspondiente infraestructura de suministro, especialmente oleoductos, con una inversión total de al menos treinta mil millones de dólares”, dice Moses.
Ampliación de la producción de gas y petróleo tiene prioridad
Los actuales pronósticos positivos se basan, sobre todo, en las esperadas grandes inversiones en la industria clásica del petróleo y el gas. “La ampliación de las energías renovables y el desarrollo de la producción de hidrógeno podrían empezar a cobrar impulso”, evalúa el analista y consultor económico argentino.
Especialmente para el hidrógeno verde, preferido por los europeos, todavía falta el marco legal, que existe ya desde hace tiempo en los países vecinos. Sin embargo, si dentro de diez o veinte años el mercado mundial del hidrógeno alcanza la madurez que se espera hoy, Argentina podría desempeñar un papel importante en este mercado como proveedor: “Pero, en el corto plazo, la expansión del petróleo y la producción de gas natural, así como el desarrollo de una infraestructura de exportación, especialmente de GNL, son una prioridad”, subraya Carl Moses.
Argentina, un mercado fiable para Europa
“Argentina cuenta con los mejores vientos y radiación solar, que son un atractivo para invertir en renovables. Cuenta con uno de los mayores yacimientos de litio y tiene el segundo mayor yacimiento de shale gas [gas de lutita, también llamado gas de esquisto] a nivel mundial, y sabe cómo explotarlo eficientemente. La mayoría de esas oportunidades son para el mercado exportador”, sostiene Apud, del centro de análisis Libertad y Progreso.
Bruselas también podría beneficiarse de esto: “Europa necesita abastecerse de mercados confiables geopolíticamente, que se identifiquen con Occidente”, sugiere Apud, en referencia a las malas experiencias con el gas de Rusia.