No deja de ser curioso que, nuevamente, todo este proceso tiene lugar en Santiago. Esto no es un problema en sí, sino que es un reflejo de un país con una tradición centralista. Salvo muy honrosas excepciones, donde momentos de gran importancia institucional ocurrieron fuera de la Región Metropolitana.
CONCEPCIÓN: CAPITAL MILITAR DEL REINO DE CHILE
Un dato mencionado por varios historiadores señala que la capital de Chile iba a ser Concepción, por estar ubicada más al centro del territorio entre el desierto de Atacama y el estrecho de Magallanes. Esa idea fue por una realidad, al menos por unos años.
Entre 1565 y 1575 Concepción fue la capital militar del entonces Reino de Chile, y sede de gobierno, contando con una Real Audiencia con funciones de gobierno. Las razones para cambiar la capital a la ciudad penquista eran que esto serviría para poder controlar de mejor manera a los gobernadores (la corrupción también existía en el siglo XVI) y para organizar de mejor manera la guerra contra los mapuches.
La capital fue nuevamente trasladada a Santiago a los pocos años, debido a que Concepción estaba bajo constante amenaza de ser reconquistada por los indígenas.
INDEPENDENCIA DECLARADA EN TALCAHUANO, APROBADA EN TALCA
Hoy en día Talca posee un festival de verano que recuerda que el acta de independencia de Chile fue aprobada en Talca, un 2 de febrero de 1818. Días después, el 12 de febrero, se realizó la ceremonia oficial de jura de la independencia, en Santiago.
Sin embargo, y sin restarle merito alguno a Talca, las fuentes parecen indicar que en realidad la independencia de Chile fue declarada por primera vez en Talcahuano. Así lo recuerda el mismísimo testamento de Bernardo O’Higgins, que pide levantar una ciudad “en el sitio de mi campamento cerca de Talcahuano, donde he firmado la declaración de la Independencia y que debe llamarse en memoria de tal hecho, la ciudad de Independencia”.
Esa primigenia declaración de independencia ocurrió la mañana del 1° de enero de 1818, y fue escrita usando como mesa un tambor, en el denominado Morrillo de Perales, un pequeño cerro desde donde las fuerzas patriotas asediaban Talcahuano.
Según la tradición oral local, ese mismo día O’Higgins habría declarado y jurado solemnemente la independencia de Chile en la Plaza de Armas de Concepción, ante el Ejército. Sin embargo, no hay documentos que respalden que ese haya sido el primer lugar, como suele creerse.
UNA CONSTITUCIÓN REDACTADA Y APROBADA EN EL PUERTO
Alguna vez nuestro país tuvo una constitución redactada y aprobada por una Asamblea Constituyente. La Constitución de 1828 fue promulgada en Valparaíso el 9 de agosto de dicho año, durante el gobierno del presidente Francisco Antonio Pinto.
Para redactarla se llevó a cabo un complejo sistema de consultas a las provincias y las ciudades, que reunidas en asambleas elevaron sus propuestas al órgano constituyente ubicado en Santiago.
Gabriel Salazar, premio nacional de historia, explica que los constituyentes escogieron Valparaíso para escapar de la influencia de la aristocracia santiaguina, que había dominado en las constituciones anteriores.
Reemplazada por la Constitución de 1833, la carta magna elaborada en Valparaíso ha servido de base para todas las constituciones posteriores.
IQUIQUE: CAPITAL REVOLUCIONARIA
La Guerra Civil de 1891 cambió la historia de Chile en muchos sentidos. Significó el fin del sistema político portaliano, y el inicio de la República Parlamentaria. Pero también tuvo por capital de Chile a la nortina ciudad de Iquique.
De esta manera el 12 de abril de 1891 se organizó la Junta de Gobierno de los revolucionarios, con sede en la ciudad de Iquique, y presidida por el Capitán de Navío Jorge Montt, quién tras el triunfo de los congresistas se convertiría en presidente de la República.
Si tan solo 12 años antes Iquique era una ciudad peruana, durante casi seis meses de 1891 fue la capital del Chile dominado por los congresistas opuestos a Balmaceda.