El cambio o crisis climática nos llena de incertidumbres, en especial con la provisión de agua. Lo primero a tener presente es que el agua es un derecho humano fundamental, ratificado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 28 de julio de 2010, donde señala que velarán por que los países den acceso al agua agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos. Luego, debemos reconocer que no solo los humanos necesitamos agua, sino que también la fauna, la flora y ahora el tan reconocido e importante reino Funja, necesitan este recurso para sobrevivir.
Tenemos una premisa, sin agua no hay vida, entonces, años de saber que Chile sufre de períodos lluviosos y otros de sequía, hace muy poco, si revisan las portadas de los diarios del verano 1968-1969, solo 55 años atrás, verán que los productores agrícolas exhortan al gobierno que no se pueden producir hortalizas y el ganado está muriendo, ya que hay una sequía sin solución.
Entonces, aparecen los fenómenos como salvadores de la precariedad, de la falta de planificación, del vivir como si Chile fuera un país donde no sucede nada. Y mal llamamos a los eventos climáticos como desastres naturales, entendiendo que vivir en un país con 2 placas tectónicas activas, un cordón de volcanes, fallas y fisuras tectónicas en las urbes, acompañado de incendios, sequía e inundaciones, tsunamis, trombas, tornados y nuevos eventos ligados a las tormentas como algo muy normal. Estamos acostumbrados al peligro, pero cómo siempre nos salvamos, se ha actuado poco.
Finalmente, la culpa es de un Niño muy activo con mucha evapotranspiración ocurriendo desbordes de ríos y pérdidas de viviendas o la Niña muy fría o costera, que se suma al anticiclón del Pacífico entonces… el año será muy seco o muy lluvioso. Cuantos años diferentes especialistas, diversas leyes, diversos manejos de las aguas nos permitirían vivir en un país peligroso pero preparado técnicamente para las adversidades, con embalses, a lo mejor más pequeños asociados a los cultivos regados con aguas grises (Ley 21.075 año 2018 MOP), uso de aguas ya tratadas, La Planta de Tratamiento La Farfana en la Región Metropolitana, ¿en las otras Regiones no se trata el agua? La planta la Farfana funciona desde 2003 y trata las aguas negras y grises de los habitantes de la RM, entregando aguas al río Mapocho a la altura de Maipú agua apta para riego (la que se podría usar, digo yo, para regar las plazas y parques y disminuir las islas de calor). Entonces, podríamos dejar de culpar a los niños y niñas de las catástrofes sanitarias de nuestra zona central, en especial el Norte Chico de nuestro país.