Para varias ciudades del país, el confinamiento es una realidad desde hace semanas, lo que viene a repetir el escenario vivido durante 2020. Frente a esto, no solo las personas se están viendo limitadas a salir, sino que también las mascotas. A diferencia del año anterior, esta vez se restringieron los paseos a mascotas y solo se puede hacer uso de la franja horaria deportiva, conocida como “Elige Vivir Sano”, para que los animales puedan salir a pasear. Es decir, entre las 6:00 y las 9:00 horas.
“En general, la gran dificultad para las mascotas, en especial para los perros, tiene que ver con los cambios de rutina, por lo que este nuevo cambio siempre puede generar un poco de estrés”, explica Pablo Gómez, quien es académico de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad San Sebastián y especialista en comportamiento animal.
“Considerando que las medidas son estrictas, no se puede hacer mucho. Seguramente la mascota va a exigir el paseo de las tardes y no se le va a poder entregar. Sin embargo, teniendo en cuenta que estamos en pandemia, todos estamos haciendo sacrificios y a nuestras mascotas también les toca hacer un esfuerzo. Cambiar el horario de paseo no significará un trauma para ellos”, afirma.
Así, la recomendación del Máster en Etología Clínica y Bienestar Animal de la Universidad Complutense de Madrides intentar que los días tengan eventos para nuestras mascotas, con tal de que se les generen rutinas entretenidas: “debe haber rutinas de alimentación a un horario marcado, un horario para jugar, otro para entrenar, otro para salir, etc. Que vayan pasando cosas para entregarle dinamismo a sus días. Hay que hacer que la jornada se vaya acortando. Así evitamos que -por aburrimiento o por necesidad- generen conductas que no nos gusten por intentar suplir las necesidades que no pueden obtener, como los paseos por las tardes”.
Respecto a la efectividad de solo un paseo diario en horario AM, Gómez asegura que sí es posible hacer un buen paseo que cumpla con todas sus necesidades: por ejemplo, satisfacer la necesidad de ejercicio; socializar con otros individuos usando su olfato, orejas y cola; potenciar sus habilidades de exploración en nuevos espacios, olores, texturas y ruidos. “Sin embargo, si es para hacer sus necesidades biológicas, como hacer pipí o caca, entonces un solo paseo no será suficiente”, dice, frente a lo cual se deberá buscar otra alternativa que esté dentro de lo permitido en tiempos de pandemia.